NUESTRA MAYOR RIQUEZA ES DIOS
Versículo del día
“Entonces la reina Ester respondió y dijo: Oh rey, si he hallado gracia en tus ojos, y si al rey place, séame dada mi vida por mi petición, y mi pueblo por mi demanda.”
Ester 7:3 RVR1960
Ester fue prudente, sabía y estaba decidida a confiar en la voluntad de Dios, ella se dirigió al rey luego de haber ayunado y orado pidiéndole gracia delante él, para poderle declarar su petición de liberación para su pueblo.
El rey al amar tanto a Ester quería conocer lo que ella le iba a declarar y Amán también estaba a la espectativa de que iba a recibir, porque habia sido el único invitado diferente al rey en la cena y eso era un honor. Lo que este hombre no sabía era que Ester también era judía y hacia parte del pueblo que él quería exterminar, por eso al escuchar el rey la forma en la que Ester le declaró lo que sucedía entendió que Amán estaba actuando mal, porque su esposa pertenecía a los judíos también.
Cuando el rey tomó la decisión de ayudar a su esposa y a su pueblo, Amán se angustió porque sabía que podría morir si el rey así lo pedía y finalmente con Amán sucedió lo que tanto le deseó a Mardoqueo, morir en la horca.
“Y dijo Harbona, uno de los eunucos que servían al rey: He aquí en casa de Amán la horca de cincuenta codos de altura que hizo Amán para Mardoqueo, el cual había hablado bien por el rey. Entonces el rey dijo: Colgadlo en ella.”
Ester 7:9 RVR1960
En este versículo podemos ver que lo que Amán tanto había deseado hacer con Mardoqueo fue lo que le sobrevino, ya que un siervo le aconsejó al rey utilizar la horca que había preparado Amán para Mardoqueo.
Con la vida de Amán y Mardoqueo podemos ver dos realidades totalmente diferentes, por un lado Amán era un hombre rico, orgulloso, sin fe en Dios, reconocido en la corte y por el otro lado Mardoqueo no lo tenía todo materialmente, era humilde y honraba a Dios.
Mardoqueo tenía la mayor riqueza en Dios, Él lo honró y cuidó de su vida, así como cuida de nosotros también, Dios pelea por cada uno de sus hijos, por eso debemos honrarlo y no desearle mal a nadie, porque lo mismo que deseamos para los demás, eso nos sobreviene.
Oración:
Señor Jesús te damos gracias por este maravilloso día que tú nos regalas, gracias por todas tus bendiciones, tu amor y misericordia, perdona nuestros pecados y ofensas, no queremos alejarnos de ti, ni desearle mal a nadie, ayúdanos a tener un corazón perdonador, que te ame cada día y te honre, queremos llevar una vida entregada en tus manos, alabandote y glorificando tu Santo Nombre, ayúdanos s ser misericordiosos, a llevar tu palabra a quienes te necesitan, te alabamos y te bendecimos, en el poderoso Nombre de Nuestro Señor Jesucristo, amén
Autora: Daniela Diaz
Servidora Iglesia Puerta del Cielo