NO ES EN NUESTRAS FUERZAS

Versículo del día

45 “Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado.”

47 “Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos.”

49 “Y metiendo David su mano en la bolsa, tomó de allí una piedra, y la tiró con la honda, e hirió al filisteo en la frente; y la piedra quedó clavada en la frente, y cayó sobre su rostro en tierra.”

‭‭1 Samuel‬ ‭17‬:‭45‬,47, 49 RVR1960

Definitivamente debemos entender que no es en nuestras fuerzas que ganamos las batallas. Cuando conocemos a nuestro Dios y tenemos una relación íntima con Él, estamos muy confiados sin importar la prueba por la que estemos pasando. David sabía que no importaba lo grande y preparado que fuera el gigante, Dios le daría la victoria. Hay situaciones por las que pasamos que quieren intimidarnos y si nos dejamos llevar por lo que vemos, seguramente bajaremos los brazos y caeremos derrotaros, pero si miramos a Dios y confiamos que Él es el que obrará, no habrá situación que nos haga caer ni mucho menos temer. Si analizamos lo que pasó con David y Goliat, vemos que David le dio en toda la frente con la piedra y el gigante en lugar de caerse para atrás, cae sobre su rostro en tierra, porque Dios es quien lo tumba y le da la victoria a David.
La invitación hoy es a confiar en Dios y no en nuestras fuerzas.

Oración:

Espíritu Santo, en este día queremos entregarte todas nuestras luchas y dificultades para que seas tu peleando por nosotros. Esté año nos has regalado una promesa que atesoramos y creemos, “No con ejército no con fuerza, sino con mi Espíritu ha dicho Jehová de los ejércitos” (Zacarías 4:8 RVR1960) Gracias por ser nuestro defensor y porque en Tí podemos estar tranquilos y seguros que seremos más que victoriosos en Cristo Jesús, amén y amén.

Autora: Cristina Roa

Servidora Iglesia Puerta del Cielo