Versículo del día:

"A ti clamaré, oh Jehová. Roca mía, no te desentiendas de mí, Para que no sea yo, dejándome tú, Semejante a los que descienden al sepulcro".

Salmos 28:1 RVR1960

Este salmo muestra a David, una vez más clamando a Dios, y también lo vemos alabandolo por haber escuchado y contestado su oración.

El salmista entiende que la solución clara a lo que estaba atravesando no la podía tener nadie más que Dios. Solo en Él encontraba la ayuda y cuidado que necesitaba; sabía que si no actuaba así, el resultado seria su muerte espiritual.

David habla con aquel que intercede por nosotros, Dios. Clama lleno de humillación, a Él; ya que la humildad y la reverencia nos acercan a nuestro Padre; quien Es sumamente cercano y a la vez... ¡tan inmenso!.
No busquemos más en lugares equivocados ¿necesitamos de un sustentador? ¿estamos necesitados de un libertador? Animémonos a confiar y entregarnos por completo en las manos del Señor porque Él renovará nuestras fuerzas y esperanza.

En lugar de confiar en nuestras propias fuerzas y capacidades, debemos confiar en Dios y en su poder para ayudarnos. Debemos acudir a él en oración, sabiendo que él nos escucha y que tiene el poder para responder a nuestras peticiones. Al confiar en Dios, encontramos fortaleza y seguridad en medio de las dificultades, pues El es la roca fuerte donde está fundamentada nuestra fe y vida.

Oración:

Padre amado para ti sea toda la gloria honra y alabanza. Te damos gracias Señor te bendecimos porque tú eres la roca firme en la cual está fundamentada nuestra fe y nuestra vida. Tu Señor nunca te has desatendido de nosotros. Te pedimos perdón Señor cuando confiamos en nuestras capacidades o en otras personas sabiendo que solo en ti Señor está la solución para cada situación que atravesamos. Señor ayúdanos a confiar y a depender completamente de ti, para así ser fieles y estando seguros que tu propósito se cumplirá en nuestra vida, que seremos esos instrumentos útiles en tus manos que extienden tu reino aquí en la tierra. En el nombre de Jesús amén.

Autora: Emely Leyva

Servidora Iglesia Puerta del Cielo