EL AGUA QUE SACIARÁ TU SED
Versículo del día
"Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía."
Salmos 42:1 RVR1960
El rey David pasó por muchas aflicciones y momentos de desesperación en los que tuvo que huir y permanecer solo, por lo que pudo observar y oír a un ciervo en su búsqueda desesperada por el agua, y pudo entender que la sed que el animal sentía, era semejante a su deseo por la presencia de Dios.
Bramar quiere decir «mugir», «aullar» o «gritar». Cuando el ciervo brama está demostrando una desesperación interna que constituye un deseo ferviente e imposible de aguantar.
El ciervo brama por dos motivos. El primero de ellos, es porque tiene sed y el segundo motivo, es la necesidad de lavarse y deshacerse del sudor, pues en épocas de apareamiento, este animal tiende a sudar mucho, y este sudor emite un hedor que lo delata y lo lleva a convertirse en presa fácil de los leones y demás depredadores del bosque.
Si el ciervo no consigue agua en un lapso de tiempo determinado, puede deshidratarse y llegar a morir. De la misma manera sucede en nuestra vida espiritual, si no estamos llenos del Espíritu Santo de Dios, lamentablemente terminaremos secos y muerto espiritualmente. También como El mal olor delata al ciervo y lo hace vulnerable ante los depredadores; de la misma manera pasará con nosotros si vivimos en la carne. Recordemos que nuestro aroma espiritual, también produce un hedor, que nos hace vulnerables a ser presas fáciles de Satanás. El enemigo sabe cuándo no estamos bebiendo del agua del Espíritu, de allí la importancia de buscar con desesperación la llenura del Señor a través de nuestra comunión con Él y la lectura de su palabra.
¿Hace cuánto tiempo no anhelamos la presencia del Señor? ¿Hace cuanto no tenemos una sed profunda por El? ¿Cuándo fue la últimas vez que derramados nuestro corazón y lágrimas ante la presencia de Dios?
Cuando nos encontramos deshidratados, es porque ya no pasamos tiempo con Dios, la lectura de la Biblia se nos volvió una monotonía, y nos estamos ocupando más por las cosas terrenales, que siempre dará como resultado una vida triste y vacía llena de muchos ataques. Debemos buscar constantemente el agua viva que es la presencia del Señor. Corramos a los brazos de nuestro Padre que nos ama, Él es nuestro consolador y guía; sólo en su presencia podremos encontrar el agua que nos saciará, y nos dará las fuerzas necesarias para seguir adelante.
"Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna."
S. Juan 4:13-14 RVR1960
Oración:
Padre amado para ti sea toda gloria y alabanza. Te amamos y te bendecimos Señor te damos las gracias por ser esa agua viva que ha saciado nuestra sed y nos hizo saltar a vida eterna. Señor permítenos tener cada día más hambre y sed de tu palabra para poder permanecer firme ante cualquier acechanza de nuestro enemigo, quien conoce nuestro aroma cuando no estamos permaneciendo en ti. Señor ayúdanos a guiar a otros hacia ti para que te conozcan y jamas tenga sed, pues tu eres nuestro Dios vivo grande en misericordia. En el nombre de Jesús amén.
Autora: Emely Leyva
Servidora Iglesia Puerta del Cielo