Versículo del día

“Con mi voz clamé a Dios, A Dios clamé, y él me escuchará."

Salmos 77:1 RVR1960

Este salmo describe de manera gráfica a una persona en gran angustia Que clamó a Dios pero no pudo encontrar prueba alguna de que él estuviera respondiéndole. En ocasiones, puede que nos sintamos abrumados o desanimados y parezca que no hay solución a nuestros problemas. En esos momentos, es esencial fortalecer nuestra fe y confianza en Dios. Saber que Él escucha y nos responde cuando clamamos a Él.
Usemos cómo el salmista La oración como la herramienta poderosa que nos permite comunicarnos con nuestro Creador y recibir su dirección y guía oportuna en nuestra vida, aferrandonos a las promesas de su palabra, de que Él nos ama y cuida de nosotros. También debemos recordar así como el salmista las obras pasadas del amor de Dios en nuestras vidas así como la plenitud de la revelación en su hijo, la cual nos da la seguridad de que si Él no escatimó ni a su propio hijo y lo entregó por amor a nosotros ¿cómo no nos dará también con Él todas las cosas?. En los momentos de tristeza y confusión, cuando las lágrimas parecen ser nuestras únicas compañeras, recordemos que clamar a Dios es un acto de valentía y esperanza. Abramos nuestro corazón y elevemos nuestra voz al Creador, porque Él nos escucha con amor infinito. No importa cuán oscura se sienta nuestra situación, la fe y la confianza en Dios es la luz que nos guía hacia la sanación y la paz. Clama a Dios en tu dolor, y permite que Su abrazo divino transforme tus angustias en fortaleza.

Oración:

Padre amado para ti sea toda la gloria honra y alabanza te damos las gracias Señor porque tú has hecho maravillas en nuestras vidas y has escuchado nuestra oración en medio del desierto y de un corazón adolorido. Gracias Dios porque has sido nuestro abrigo en las noches y nuestras sombrillas delante del sol inclemente de la vida. Señor queremos tener una vida de oración y comunión contigo para que así cuando venga el día malo tengamos las herramientas oportunas para poder salir en victoria de tu mano, porque sólo en ti somos vencedores tú eres nuestro escudo y nuestra fortaleza y en ti confiamos porque sabemos que tú nos escuchas, aunque en algunos momentos no lo parezca. Alabado sea Dios tú eres bueno y siempre tienes el control haciendo que todo nos ayude para bien. En el nombre de Jesús amén.

Autora: Emely Leyva

Servidora Iglesia Puerta del Cielo