BENDICIÓN Y CONFIANZA: LA PROMESA DEL DIOS DE JACOB
Versículo del día
“Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob, Cuya esperanza está en Jehová su Dios,”
Salmos 146:5 RVR1960
Este salmo es una exaltación a Dios, destacando su poder y bondad en contraste con la fragilidad humana. Enfatiza que Dios es el único en quien podemos confiar, quien ayuda a los necesitados y a los oprimidos, prometiendo morar en su reino eterno. Somos verdaderamente bendecidos al tener a Dios como nuestro apoyo y fortaleza, lo que nos permite vivir con esperanza y seguridad. Como hijos de Dios, debemos reflexionar constantemente sobre en qué o en quién estamos depositando nuestras esperanzas. A veces, es fácil confiar en cosas materiales o en personas que no son dignas de confianza, lo que puede traer consecuencias desastrosas a nuestra vida. La Palabra de Dios nos advierte sobre esto en Jeremías 17:5-6 RVR1960:
“Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová. Será como la retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada.”
Cuando nuestra esperanza está centrada en Dios, esto se refleja en nuestra vida diaria. Actuamos con la certeza de que Él está presente, que nos escucha y responde a nuestras oraciones. Esto también implica estar dispuestos a obedecer y seguir sus mandamientos, sabiendo que su amor y misericordia son fuentes de fortaleza en los momentos difíciles, ya que, separados de Él, nada podemos hacer.Es significativo que el salmo mencione al “Dios de Jacob”, que representa al Dios del pacto. Esto se refiere a la promesa que Él hizo a Jacob, asegurándole que su descendencia sería una gran nación (Génesis 28:13-14). Esta referencia demuestra que Dios cumple sus promesas y es fiel a quienes confían en Él. En los momentos más oscuros de nuestra vida, cuando las sombras parecen envolvernos, podemos encontrar un faro de esperanza. Al recordar que nuestra bendición se encuentra en Dios, nuestro fiel ayudador, hallamos la fuerzas suficientes para levantarnos. Que cada desafío se convierta en una oportunidad para afianzarnos en las promesas divinas de nuestro Padre, abrazando la certeza de que, con toda nuestra fe puesta en Él, podemos caminar con valentía hacia la luz, sabiendo que nunca estaremos solos.
Oración:
Padre amado, alabo tu nombre y confío en tu poder, porque eres el creador del cielo y la tierra. Te agradezco por ser mi ayuda y mi esperanza, por cuidar de los oprimidos y proveer para los necesitados. Que mi fe en Ti nunca flaquee y que siempre encuentre en tus promesas la fortaleza para seguir adelante siendo fiel y obediente a tu palabra para ser digna de Ti. En el nombre poderoso de Jesús amén.
Autora: Emely Leyva
Servidora Iglesia Puerta del Cielo