Versículo del día

"En extremo nos hemos corrompido contra ti y no hemos guardado los mandamientos, estatutos y preceptos que diste a Moisés, tu siervo”. Acuérdate ahora de la palabra que ordenaste a Moisés, tu siervo, diciendo: Si vosotros pecáis, yo os dispersaré por los pueblos “pero si os volvéis a mí y guardáis mis mandamientos y los cumplís, aunque vuestros desterrados estén en los confines de los cielos, de allí los recogeré y los traeré al lugar que he escogido para hacer morar allí mi nombre".

Nehemias 1:7-9 RVR1960

Nehemías estaba orando tras haber escuchado que en Jerusalén estaban en angustia y vergüenza aquellos que habían regresado del cautiverio, al leer todos estos versículos vemos la humildad de este hombre y no solo eso, sino que también reconoció su pecado, vivió la situación del pueblo como si fuera la suya propia y a lo largo de la historia vemos que a pesar de tener un buen puesto como ser coopero del rey, él estuvo dispuesto a ser utilizado para la voluntad de Dios.
En un mundo que ama estar en la oscuridad y sumergido en las cosas vanas, Dios busca corazones dispuestos, humildes que reconozcan su pecado delante de su presencia, que acepten que están hambrientos y sedientes de su presencia, siendo
Él el único que puede saciarnos. Él es grande en poder, amor y misericordia nunca va a dejarte abandonado o en esclavitud.

Nunca pienses que tu pecado es más grande que los de otros, cuando a sus ojos todo pecador que se arrepiente es recibido con amor, así que de donde sea que estés el te sacara, te recogerá, restaurará y te dará una nueva vida.

Oración:

Señor te pedimos que siempre mantengamos un corazón humilde ante tu presencia, que reconozcamos que nuestra naturaleza es caída, pero fortaleciendonos y permaneciendo constantemente en tu palabra, creceremos y nos mantendremos firmes a tu lado, no permitas que en nuestro corazón entren malos sentimientos. Hoy queremos seguir tu voluntad y permitir que sanes nuestra alma, gracias por tu mirada y respuestas de amor, en el nombre de Jesus. Amén y Amén

Autora: Anahí Ponce

Servidora Iglesia Puerta del Cielo